Desde el principio, este proyecto fue mucho más que una tarea técnica. Desde que el Museo Nacional de Cracovia nos invitó a colaborar, supimos que sería un reto que combinaría artesanía, diseño y arte. El objetivo: crear un neón que diera la bienvenida a los visitantes de la exposición dedicada a Tamara Łempicka, icono del estilo Art Déco.
¿Nuestra primera idea? «¡Este letrero debe tener la energía y el brillo de sus cuadros!»
Letras que envuelven en la historia
Imagina un pasillo oscuro que conduce a la sala de exposiciones. Antes de ver una sola obra de Łempicka, un letrero luminoso te recibe. En ese instante, sabes que entras en un mundo lleno de elegancia y carácter. Queríamos que cada letra respirara y cobrara vida, por eso diseñamos una composición en dos partes: “TAMARA ŁEMPICKA”.
Tubos de vidrio doblados a mano, luz blanca cálida y una pulsación sutil — todo pensado para que el letrero no domine, sino que emerja de la oscuridad como la primera pincelada segura sobre un lienzo negro.
Un guiño sutil al Art Déco
Letras esbeltas y geométricas, nuestro homenaje a la época que Łempicka ayudó a definir. Líneas precisas que dirigen la mirada justo donde debe ir, con proporciones y ritmo inspirados en sus características composiciones diagonales.
Instalación en el corazón de la exposición
El neón se montó sobre un fondo negro que se integra perfectamente en la pared. El espectador solo ve la tipografía pura en vidrio ardiente, mientras que todos los elementos técnicos — cables, fijaciones, transformador — permanecen ocultos. La intención era que se percibiera solo la luz, no su construcción.
Del concepto a la primera chispa
Técnicamente, todo funcionó a la perfección. Pero lo que más nos enorgullece es habernos convertido en parte de una historia mayor: la de una artista capaz de combinar sensualidad y precisión en una sola pincelada.
Agradecemos al Museo Nacional su confianza y a Tamara Łempicka la inspiración. Porque la luz también puede contar historias tan bellas como el arte.